Él es para mi.

Papá me había dado un mapa para llegar a la escuela al salir de casa.

Ja, como si lo necesitara, Jared me había mostrado el camino, no quedaba muy lejos.

Eran poco antes de las ocho de la mañana, había carros y todo ese tipo de cosas de inicio de jornada, trataba de no estar nerviosa, Agueda nunca de los nunca estaba nerviosa..

Me sentía una tonta en aquel uniforme pretencioso, nunca había estado en una escuela privada, me gustaba mi vieja y pequeña escuela, donde podía usar la ropa que quisiera.

No encontré más zapatos que encontre que combinaran eran esas botas tipo convers que mi mamá me había comprado hace un año, así que me importaba poco las miradas de las demás chicas que llegaba en autos caros conducidos por choferes.

¿Donde se había metido Jared?, me estresaba esperar a las personas y más si estaba en mi situación..

Miré como Britanny llegaba en el auto de papá conducido por su mamá, era de esperarse ¿No?, llegar en un porche rojo era su estilo.

Era lo bueno que mi padre fuera el gerente de la distribuidora más grande de autos en L.A.

Pero yo no quería llamar la atención.

Me vio, claro y me ignoro, pero me sorprendió ver a Jared salir del mismo auto, este si me hizo caso y me abrazo cuando me vio.

-No puedo acompañarte por tus papeles y todo eso, porque tengo clases, todos ya saben sus horarios, pero nos nuevos no, así que lo que tienes que hacer....- me dio las instrucciones mientras nos adentrabamos a las instalaciones..

¿Como era esa escuela?...

Como esperaba que fuera, pisos de mármol y casilleros, alumnos dibvididos por gerarquias, Jared saludaba a todos mientras pasabamos y yo trataba de caminar derecha y con la mirada fría, sin mostrar miedo, mi orgullo no me lo permitía y ahora sabía que estaba entrando en terreno peligroso, el territorio en el que reinaba Britanny.

-Aquí es la oficina, te drán toda la información que necesitas- me dio un beso en la mejilla- Hermanita, nos vemos a la hora del almuerzo- guiño un ojo y se alejo para reunirse con un grupo de muchachos.

-Genial, hermanito dejame sola- me di la vuelta y choque con alguien.

-¿Puedes fijarte por donde vas?- pregunto rudamente.

El corazón empezó a latir y casi me desmayo.

¿Que más pruebas quisiera? Era obvio que el destino nos quería juntos.

William me miraba con cara de frustración y sorpresa.

-¿Tu?- pregunte entre contenta y sorprendida también.

-¿Tu de nuevo?-

Sonreí ampliamente y eso aumento su irritación, me dio la espalda y abrió las puertas de cristal de la elegante oficina, yo lo seguí, me importaba poco si le irritaba mi presencia, yo estaba muy feliz.

-Joven Thomas, lo esperabamos- dijo una mujer detrás de un enorme escritorio de mármol que se unía a el piso, después me miró a mi que venía detrás de mi- Oh, Señorita Montes, también la esperabamos a usted.

Nos recargamos a la misma vez y la secretaria ya tenía dos carpetas con el logotipo de la escuela, nos las entrego.

-Les dimos las mismas clases a los dos, es más cómodo para nosotros y supongo que lo será para ustedes- continuaba diciendo- Supongo que los presentaré ya que serán compañeros, Señorita Montes, él es el Joven Jackson Thomas, viene de Londres- me dieron ganas de reír, me limité a mirarla con una mueca burlona mientras me presentaba a William- Ella es Agueda Montes, viene de México.- Nos miró esperando a que estrecharamos la mano.

Si antes William estaba irritado, ahora estaba furibundo, tal vez maldiciendo su mala suerte.

Pero para mi esto era lo que estaba esperando, pensé que el destino me pondría las cosas más difíciles, pero era mi oportunidad.

-Su primera clase será Lenguas extrangeras, espero que tengan alguna experiencia con el italiano- nos despidió.

Yo casi caminaba a brincos a su lado, espere hasta estar a fuera de la oficina, ya todos habían entrado a sus clases así que no había nadie en los pasillos.

-Así que ahora eres Jackson Thomas, de Londres- murmuré bajo pero lo necesario para que me escuchara él- Tu nombre es William Murphy, y estas muy lejos de ser de Londres, tu eres de Houston- abrió sus ojos por un instante y después me fulmino con la mirada.

Pero no me dirigió la palabra, a mi me importaba tan poco, ahora era oficial, él era para mi.

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POV William.


No entendía nada, de seguro era una espía, no tenía otra explicación para que ella supiera tanto de mi y eso me alarmaba.

Había otra cosa que me alteraba más.

Era ella, ella me desconcertaba en gran manera, la primera vez que la había visto por primera vez, la forma en que me llamó, la forma en que sus ojos me miraron.

La forma en que vi como su corazón se rompía delante de mi al tratarla tan fría mente.

¿Pero que más me quedaba?, era lo que debía de hacer, si no podía recordarla, era porque en mi mene nunca había existido.

Pero..... No podía sacarla de mi mente y lo que podía hacer era tratarla de alejar.

Parecía tan contenta, algo me hacía desconfiar de ella, era como si supiera todo de mi y eso era peligroso.

Encontramos nuestra primera clase, para mi era aburrido, ¿Que estaba haciendo en esta escuela?, el gobierno pensó en transferirme a un lugar menos peligroso que la CIA, así que me mando a narcoticos.

Y tenía el informe de que había una red operando en esta escuela, ¿Cual era mi misión?, investigar como y que hacían en realidad.

-Bienvenidos a la clase, Jovenes- dijo el maestro al mirarnos- Pasen y tomen asiento allí atrás.

Como era de esperarse, tenía todo bien organizado, todos los estudiantes se volvieron a vernos.

-Camina- le ordene a ¿Agueda?, creo que así se llamaba esa chica.

Ella me frunció el ceño y me saco la lengua descaradamente enfrente de todos, después camino con paso seguro por medio del salón y se sentó.

No me quedo más remedio que seguirla, con algo de asombro, nadie me había retado y ese gesto lo era.

Me senté a su lado, mi suerte era la peor, todas las clases, estaba con ella...

Y lo peor era sentir eso que sentía, ¿Que era lo que sentía?, No tenía la menor idea, era como si, mi mente estuviera pendiente de todo lo que hacía, si las ondas de su pelo se movían, si el listón que caía sobre su pecho se elevaba cuando respiraba...

Era estresante porque sabía que no era correcto, que pertenecía a una organización y que cuando, cumplida la misión desapareciería...Porque yo no tenía una identidad, William Murphy no existía.

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Corto, lo sé, pero me pareció prudente dejarlo allí..


¿Que paso?... Me mal acostumbran... 2 comentarios... Bueno lo sé, haha tienen mucho que hacer.


Plis comenten :D


Las adoro Bye.